miércoles, 16 de diciembre de 2020

Fronteras mortales

Una tragedia más, que enluta a familias venezolanas ha ocurrido en Güiria, municipio Valdez del estado Sucre.

El suceso inmediatamente nos crispa a todos, pero a la vez, se vuelve un hecho político, pues dos voceros subalternos de Juan Guaidó, la abogada Rocío Sanmiguel y David Smolansky, disparan su artillería mediática, para nuevamente lanzar estímulos e incitar, una vez más el odio que nos lleve a una guerra civil, escenario que hace años busca ser pretexto para una intervención militar yanky.

Ambos operadores (Sanmiguel y Smolansky) son asesores militares del fascismo criollo, que en este diciembre 2020 se encuentran ya heridos de muerte política y como cualquier bestia herida, lanzan ataques, ya no para intentar sobrevivir, pues saben que les quedan pocos días de vida política, sino postreros intentos de generar el caos de la guerra.

El naufragio de esta embarcación, sobrecargada de seres humanos, cuatro niños, por lo menos, en una ruta mortal: costas fronterizas del estado Sucre a costas fronterizas del país vecino Trinidad-Tobago, coloca en el escenario, uno de los asuntos, sobre los cuales, el gobierno y la Revolución Bolivariana tienen una impresionante y prolongada ausencia de políticas públicas, que ha convertido a las fronteras venezolanas en fronteras mortales, controladas por la delincuencia internacional, desatada por el imperio estadounidense.

Hablando sobre la península de Paria que nos separa unas siete millas náuticas de Trinidad, de aguas turbias y salobres, endulzadas por nuestro Soberbio Orinoco, tenemos el municipio Valdez, de alcaldes pintorescos, pues por costumbre, emplean en sus discursos frases en idioma Creole, el lenguaje papiamento de la integración caribeña.

Hasta hace pocos años, un vistoso y elegante "ferry boat", con un vistoso letrero rojo "TI-TI" (así le llaman al dólar trinitario), sobre el color blanco de la embarcación, surcaba las encrespadas aguas que separan la ciudad de Guiria con la capitalina ciudad de Puerto España, año 2005, pleno gobierno de Chávez, que logra la apertura de un corredor marítimo, para el tránsito seguro de bienes y personas...la iniciativa fue de Venezuela e inició el descongelamiento de las relaciones entre ambos países.

Ah, del lado venezolano, una bonita gran lancha, con capacidad para doscientos pasajeros, de manufactura rusa, de las usadas por turistas en el río Niezva de Moscú, con techo transparente, llevaba sol y agua de lluvia en el puerto de Guiria, a la espera de la solución de un conflicto burocrático de intereses bi-nacionales, que se arreglan con diálogo y no con guerra.

Los venezolanos pragmaticamente y bajo alegatos fundamentados en las leyes venezolanas, no permitían acceso de vehículos al ferry con placa venezolana, pues en Venezuela, el conductor tripula el automotor del lado izquierdo, en tanto que en Trinidad-Tobago, lo debe hacer del lado derecho (modo inglés).
Por su parte, las rigurosas empresas aseguradoras inglesas, exigían a los pobres tributarios el pago de un seguro adicional, si decidían viajar en el ferry y desembarcar en Venezuela...odioso capitalismo.

Entre tanto fluían y fluyen, centenares de pasajeros entre ambas costas, usando los peñeros como el que naufragó el 6D/2020.

Al final, por orden de su majestad británica, la misma que quiere robarse el oro venezolano depositado en un banco de Londres, Trinidad-Tobago, pospuso para fecha posterior la apertura de ésta ruta marítima, bajo amparo jurídico de ambos países, para proteger a sus ciudadanos.

Centenares de personas hacen ese viaje, todos los días del año, en razón del intercambio normal típico de cualquier frontera del mundo.

¿Porqué crisparse ante ésta infausta tragedia?

¿Porqué darle un giro político catastrófico?

Hasta por el detalle de que el primer comunicado oficial del gobierno bolivariano, no incluyera el debido pésame a familias y deudos, por los fallecidos.

Es necesario bajarle la presión a éste suceso. Ah, Rocío, sobre todo tú, que fuiste consultora jurídica del Consejo Nacional de Fronteras y conociste y participaste en el esfuerzo de formalizar, legalizar y amparar a los venezolanos que participan en la realidad de los cruces fronterizos, con los catorce países que nos rodean, sobretodo, países caribeños, cuyos pueblos, al igual que el venezolano sufren y les imponen el capitalismo más salvaje, donde la vida humana no vale.

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